top of page
Buscar

Nuestro cuerpo GRITA lo que nuestra boca CALLA

  • Foto del escritor: Amelia Molina Segovia
    Amelia Molina Segovia
  • 29 may 2024
  • 3 Min. de lectura

La primera vez que escuché esta frase, fue en terapia, hace unos siete años, en ese momento, no le dí mucho sentido. Pues estaba en la mejor etapa a nivel físico, tenía el cuerpo que siempre quise, mi cabello largo y crespo, más, a nivel emocional estaba destrozada. No comprendí las señales o tal vez el terapeuta de ese entonces no conectó conmigo o yo con él y solo necesitaba que sean duros y directos.

 

Al pasar el tiempo mi salud física empeoraba, muchos dolores de estómago, cadera, cuello y cabeza eran, mi pan del día. Por más que tomara medicamentos no paraban. Literalmente fue hasta hace año y medio que tuve una terapia holística, comprendí todo el sentido del mundo de la frase “Nuestro cuerpo GRITA lo que nuestra boca CALLA”. Cada dolor, cada molestia, es una señal de que algo necesita ser atendido.

 

En mi caso era el temor al cambio, miedo a expresar lo sentía, impotencia, falta de confianza, estrés y muchas preocupaciones a nivel personal, familiar y laboral. Estaba ahogada en un vaso de agua, sentía que todo giraba a mi alrededor y solo yo tenía las respuestas para todo y para todos, minimicé mis emociones, mis sentimientos, más que nada me costó mucho tomar decisiones, a pesar de que sabía lo que debía hacer no lo hacía, me detenía el pensar siempre en los demás antes que en mí.

 

Estaba en una relación de pareja, que no era ya de pareja, se convirtió en una relación más de hermanos con un cariño infinito por cada experiencia compartida por años, más mi temor de no dar fin a la relación por falta de confianza en mí, por creer que sola no podía, me costaron años de tristeza y callar por no lastimarlo.

 

Con mi familia sentía que no pertenecía, que todo lo que hacía era tomado a mal, porque siempre me han visto como rebelde. Me comporté muy egoísta y poco empática, poniendo una coraza por miedo a ser lastimada.

 

El trabajo era algo esclavizante, el maltrato psicológico por medio de una persona sin escrúpulos que aparentemente es “cristiano” fue lo peor, agradezco a Dios, el universo y sus menciones, a la vida y la tierra que me hayan despedido en este fin de año, era el penúltimo cambio que necesitaba, pues la impotencia de mirar tanto maltrato hacia todos en ese lugar me estaba consumiendo, así como las injusticias. A pesar de que siempre levaté mi voz, nadie me respaldó, todos tienen miedo en ese lugar, pero bueno, ese es otro tema…

 

El último paso era salir de una nueva relación, que hasta ahora duele, porque me enamoré como quinceañera, todos mis seres cercanos veían lo que yo no. Agradezco esta experiencia porque siento que me llevó a tomar un nuevo rumbo con mi vida emocional, espiritual, física. Realmente me sacó de mi zona de confort al poder al fin reconocerme como realmente soy y como en algún momento esta persona me dijo “tu vida es entre unicornios y algodón de azúcar”, creo que era lo que él veía en mi, o al menos eso espero creer una mujer dulce y llena de sueños, que por su egoísmo y egocentrismo no podía aceptar. En fin esto creo que también será otro blog…

 

 Creo que como conclusión el aprender a escuchar esas señales es un acto de autocuidado y respeto hacia nosotros mismos. Nuestro bienestar físico va ligado al bienestar emocional nuestro cuerpo siempre encuentra la manera de comunicarlo. Al cuidar de nuestro cuerpo, también cuidamos nuestra mente y espíritu.

 

Hoy quiero agradecer a mi familia, a mis hermanas de vida, a mi Maestra, a mis amigos que no me dejan caer, que son mi inspiración diaria, mi fuerza, mi luz.


Les dejo un link con algunos tipos de dolores corporales que reflejan nuestras emociones: https://www.instagram.com/p/C7k5j9GgsHH7L333x4sggg9ArrSecWG0zYlIX80/?igsh=MTJ2cGhmNHI0bHBiMA==

 

Gracias gracias gracias por leerme, si necesitas apoyo emocional o simplemente ser escuchado, escríbeme.

 


ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page