Corazones que corren: entre montañas, sueños y pasión
- Amelia Molina Segovia
- 31 jul
- 2 Min. de lectura
Dicen que algunos nacen con alas invisibles.
Mi hermano, al que todos le decimos el Flaco, nació con unas hechas de coraje.
Este fin de semana, se lanza a cumplir una de esas metas que parecen de otro mundo: correr 80 kilómetros en la montaña. Sí, 80K. Entre paisajes que quitan el aliento y lo devuelven con fuerza, entre ardillas de Paqui y piedras que no lo detienen, entre su resistencia física… y ese otro motor que lo impulsa desde dentro: el amor.
Porque el Flaco no corre solo.
Corre con los pasos que ha dado como hijo, como hermano, como esposo, como padre de princesas con quienes juega a las muñecas, como tío que abraza fuerte y como ser humano que inspira. Corre con el alma, con los recuerdos, con los sueños de antes y los de ahora.
Y no está solo en este viaje.
Mi hermana Mace, valiente, una mujer con manos que curan desde la fisioterapia y el corazón, lo acompaña, se preocupa, entrena con él, sueñan juntos.
Y mi primo Xavi, incansable y determinado, pisa firme en cada ruta, sus primeros 20k, a darle que sí se puede.
Cada uno de ellos ha encontrado en el running más que un deporte: un canal, un escape, un refugio, una manera de respirar mejor.
Corren para soltar lo que pesa.
Corren para sentir la vida más viva.
Correr en Ecuador: más que una moda
El Ecuador está lleno de paisajes perfectos para runners: montañas, selvas, páramos, playas. Según la Federación Ecuatoriana de Atletismo, el interés por el trail running y el running recreativo ha crecido más de un 60% en la última década.
Carreras como la UTMB Ecuador, la Ruta del Hielero, y la Media Maratón de Quito se han vuelto espacios donde miles encuentran comunidad, bienestar físico y emocional… y sí, también una dosis de locura maravillosa.
Porque se necesita algo de locura para levantarse antes que el sol, ponerse las zapatillas y decir: Hoy me supero, aunque sea un paso más que ayer.
Frases que te siguen el paso
“No importa cuán lento vayas, sigues superando a los que no lo intentan.”
“Correr no es escapar del mundo, es correr hacia ti mismo.”
“En cada kilómetro, el cuerpo se cansa… pero el alma sonríe.”
A todos los que corren…
Por salud.
Por paz mental.
Por rabia contenida.
Por amor propio.
Por reconstruirse.
Por demostrar(se) que sí se puede.
A ti que corres, aunque nadie lo vea.
A ti que empiezas, tropiezas y te levantas.
A ti que estás entrenando el cuerpo… y también el alma:
¡Gracias por inspirarnos!
Estoy orgullosa de mi hermano, de mi hermana, de mi primo.
Y de cada persona que, sin importar el tiempo, el lugar o la razón, decide seguir corriendo.
Porque el superarse a diario viene en distintas formas, pero se siente igual:
¡como una victoria!
¿Y a ti? ¿Qué te impulsa a correr?
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Y si aún no lo has intentado… ponte los zapatos, respira profundo, y da ese primer paso.
Tal vez descubras que tú también naciste con alas invisibles.




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