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Cambiar para sanar

  • Foto del escritor: Amelia Molina Segovia
    Amelia Molina Segovia
  • 20 may 2024
  • 2 Min. de lectura

Toda mi vida pasé buscando señales y tratando de encontrar muchas respuestas de lo que me pasaba o sentía. A veces un sentimiento de culpabilidad y tristeza me abrumaba, escuchaba voces internas negativas que me impulsaban a actuar de manera destructiva.

 

Tras pasar por muchas terapias y diferentes especialistas, hace seis meses la magia del amor propio reconectó mi vida por completo. Este proceso es un sube y baja de emociones, es aprender a sanar heridas del pasado para abrazar al futuro con posibilidades infinitas.

 

Este viaje interior es una alquimia sagrada que convierte el dolor en fuerza, las cicatrices en medallas de honor y las sombras en fuentes de luz.

 

El primer paso en este camino es el reconocimiento de nuestras heridas. A menudo, cargamos con el peso de experiencias pasadas, relaciones fallidas y palabras hirientes que han dejado marcas profundas en nuestro ser. Estas heridas, aunque dolorosas, son una parte de nuestra historia y tienen el poder de enseñarnos lecciones valiosas.

 

Aquí es donde el amor propio entra en escena como el verdadero alquimista en una obra de teatro maravillosa que es nuestra vida. Es el inicio de plantar la semilla de todas nuestras fortalezas y debilidades también permitirnos ser vulnerables y aceptar nuestras imperfecciones como partes intrínsecas de nuestra humanidad.

 

Así como con pequeños gestos de auto-cuidado y auto-respeto, nos permite crecer de una manera física, emocional y desbloquear nuestra mejor versión. La importancia de decir no, cuando algo no nos beneficia, a rodearnos de personas que nos valoran y a darnos permiso para descansar, cuando lo necesitamos. Mirarnos al espejo y ver más allá de las apariencias, reconociendo el ser valioso que reside en nuestro interior. Es, sobre todo, tratarse con la misma amabilidad y comprensión que ofreceríamos a un ser querido.

 

Sanar es un proceso continuo y dinámico. A medida que cultivamos el amor propio, nos volvemos más resilientes y capaces de enfrentar nuevos desafíos con una perspectiva más positiva y fortalecida. Cada pequeña victoria en este viaje es una reafirmación de nuestro valor y una prueba de la magia que reside en nuestro interior.

 

En el siguiente Blog compartiré una lista de actividades que ayudaron a crecer mi amor propio y cambiar de una Amelia llena de inseguridades y miedos a una mujer decidida llena de luz y amor.


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